Detrás de un contenedor recondicionado hay un viaje de transformación que no solo lo prepara para una segunda vida útil, sino que también lo convierte en una pieza clave de la economía circular. En Comercializadora Hoobs, el proceso es riguroso y transparente.
Todo comienza con una inspección inicial: cada tambo o IBC tote es examinado minuciosamente para determinar si es apto.
Los que no califican se gestionan de forma responsable para su destrucción.
Los que sí, inician un proceso de lavado especializado para eliminar cualquier residuo, garantizando una limpieza completa.
Después, se realizan pruebas de hermeticidad y se hacen las reparaciones necesarias para asegurar su funcionalidad.
Este riguroso ciclo no solo da una segunda vida a los envases, sino que evita que miles de ellos terminen en vertederos.